Una vez pasado el temporal sentémonos a hablar de The Order: 1886

Ufff, madre mía la que se ha montado con un videojuego como The Order: 1886, ¿no? Aún estoy recuperándome del terrible shock, y no, no es por ver que Belén Esteban sigue en la casa de GHVip, sino por otras cuestiones más…jueguiles. He querido tener algo de paciencia y esperar a que amainara el temporal que ha generado lo nuevo de Ready at Dawn Studios, y es que el exclusivo de PS4 es, a día de hoy, la primera baja de 2015, ese 2015 tan espectacular que vamos a tener y que, tras tres meses de año nuevo (¡si parece que fue ayer cuando Canal Sur fastidió a miles de andaluces en la noche de año nuevo!), seguimos sin tener noticias destacadas con un futuro más negro que claro.

Ya son varios los analistas que han podido ‘degollar’ a The Order: 1886, con notas muy al estilo Sonic Boom y que te hacen ir rápidamente a tu comercio más cercano a cancelar tu reserva tras ver las barbaridades (algunas ciertas, si) que se han ido comentando sobre el título. Nuestro compañero Luis León ya lo dijo en su análisis, una historia sin sustancia que se saca temas de la manga. Parece que la duración ha sido la primera piedra para destruir posteriormente la pirámide, o eso dice el público general. Sin embargo, cuando lees los análisis meticulosamente, observas que lo que menos se menciona es la duración, ergo…¿dónde se comenta que la duración sea el talón de Aquiles? Seamos francos, evidentemente un juego depende de su duración, pero no exclusivamente. ¿Un ejemplo? Journey para PS3, con una duración que era un parpadeo pero una de las obras maestras de los Indies.

journey

Me gustaría hacer una semejanza futbolera: para mi The Order: 1886 es como Cristiano Ronaldo. Cuando este último hace algo fuera de lo normal (agredir a su rival, hacer fiestas con un tal Kevin Roldan, etc…) se tiende a magnificar y a dramatizar su situación, la cual puede ser similar con el jugador de la Ponferradina, Benedicto Primero, a quien nadie le hace caso. Pues eso es lo que le ha ocurrido a The Order. La campaña publicitaria y de marketing utilizado en el título ha sido tal que ha creado un hype algo falsete y con una potencia terrible. Por esa razón -y porque se trataba de un exclusivo de PS4-, The Order ha sufrido toda crítica y latigazo de la prensa y del público, los cuales estaban esperando en la cueva a que Sony tuviera un nuevo error con alguno de sus títulos (ya pasó con Knack o con Driveclub). De esta manera, en el momento en que Sony lanzara su ansiado The Order, las ‘hienas’ esperaban camufladas para atacar con todo lo que eso conllevaba, que era dañar la imagen de Sony.

No quiero decir ni mucho menos que las críticas no son documentadas ni que no lleven razón, es obvio que son una realidad y parten de una verdad. Sin embargo creo que se ha maximizado demasiado el asunto a consecuencia de ser el título que es (mira como a Transformers Ryse of the Dark Spark ni habíais oído críticas). La duración no es un problema, lo digo en serio. Siempre tengo la teoría de que es el jugador quien ‘elige’ la duración del juego y no la desarrolladora. Por ejemplo, en Assassins Creed III, tienes la opción de ir directamente a las misiones principales del argumento e ir ignorando todo lo que acontezca de manera secundaria, y ojo, se trata de un sandbox. Yo lo hice una vez y apenas el juego me duró 5 horas. En Captain Toad, cuyo análisis ya tenéis en Gamelegant, también puede considerarse un juego corto. Yo leía en comunidades ajenas a gente que se lo pasó en tres tardes, y yo estuve con él casi mes y medio, ¿por qué? porque yo elijo la duración del juego. Yo elijo si quiero coger todos los objetos de los niveles, explorar cada rincón inhóspito del título o simplemente hablar con los pececillos del agua. Por ello, no estoy a favor de los juegos excesivamente largos, entre otras cosas porque se da por sentado que no todos los jugadores son iguales, sino que detrás de ellos hay una vida laboral, familiar, etc…que tienen que cumplir antes que estar 10 horas seguidas jugando.

captain toad 4

Si que es criticable, y miro directamente a Ready at Dawn Studios, la nula carga argumental de The Order: 1886. Tenías una ambientación tan fabulosa como es aquella tenebrosa Londres, un tema muy chulo con lobos y tipos con uniformes, una jugabilidad en la que muchos incidían que sería superior a Gears of War (gran error), y a Alex de la Iglesia como director de doblaje (en este sentido, chapó), ¿y finalmente tenemos ‘esto’?

alex de la iglesia dobla the order: 1886

En definitiva, no hay que cargar excesivamente contra este título, aunque se tenga la razón porsupuesto, sino que hay que ver el punto dorado de las cosas, y una de ellas es el excelente apartado gráfico de lo que tanto se quejaban algunos en esta generación: que si era una tomadura de pelo, que si PS4 era garrapata que no llegaba a los 60fps, que si…Todo esto lo han provocado los usuarios con su guerra absurda -casi política- de consolas, y que yo a día de hoy y con casi tres-cuatro generaciones a mis espaldas jugando a videojuegos, no logro comprender. He visto a muchos Xboxers felices por la debacle de The Order, y eso es sano, pero no es sano reírse de las desgracias ajenas, porque yo ahora mismo me puedo poner mi antifaz de troll y decir “¿qué juego tiene Xbox One hasta otoño?” Y me voy a dormir con una sonrisa de oreja a oreja. Quedaos con mi primera frase del presente artículo: “Ufff, madre mía la que se ha montado con un videojuego, con un ‘videojuego’ amigos/as, un videojuego del que no se han cumplido las expectativas, cierto es, pero que no es más que un videojuego de los cientitantos que vamos a tener este año. Enjoy the game.

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