Yoshi regresa a lo grande en su nueva aventura lanuda
Por primera vez en lo que vamos de generación, Yoshi vuelve para deleitarnos en su nueva aventura para Wii U. Uno de los plataformas por excelencia de la cuna nintendera regresa, esta vez salpicado por un mundo lanudo. La última vez que vimos a Yoshi fue en su aventura para 3DS, Yoshi’s New Island, donde a pesar de no ser un título que sobresaliera, es un Yoshi e igualmente es sinónimo de entretenimiento. Los mejores costureros de todo Japón se han dado cita para ‘tejer’, nunca mejor dicho, a nuestro entrañable Yoshi y su larga lengua -no malinterpretéis-. ¿Será una entrega acorde a Wii U? ¡Veamos el análisis!
Para qué queremos tierra y agua cuando tenemos punto y lana
Lo primero que tenemos que destacar es el fabuloso trabajo de Takashi Tezuka, diseñador del universo de Yoshi’s Woolly World. Hay que felicitarle porque por primera vez en mi vida, me he sentido atraído por el mundo de la costureo y el tejemanejo. Eso es precisamente lo que se caracteriza a este Woolly World, el mundo totalmente lanudo donde hasta el propio fuego está hecho de hilos, pero ojo, quema igual. Y como es lógico, no sólo el universo estará formado -y enredado- de lana, sino también nuestro protagonista Yoshi (¿o debería decir, protagonistas?). El argumento comienza en la solitaria villa de los Yoshis cuando el malvado Kamek llega con su varita mágica al estilo Harry Potter para hechizar a todos los pueblerinos, convirtiéndolos en lana y desviándolos por todo el mapeado del juego.
Sin embargo, sólo dos Yoshis consiguen escapar: el siempre clásico Yoshi verde y el segundo Yoshi rojo (preparado para ser usado por un segundo jugador). Con ellos comenzaremos nuestra aventura a dedo para intentar salvar a todos los Yoshis. A partir de ahí nos veremos envueltos en un plataformas 2D donde deberemos de avanzar por los diferentes niveles, al más puro estilo Super Mario World.
¡A salvar a los Yoshis!
Como decía, nuestra misión será ir recorriendo los diferentes niveles e ir recogiendo, de cada uno de ellos, los muchos ovillos de lana para que al final se rehagan y surjan de allí todos los Yoshis que habían sido hechizados. En un principio nos situaremos en una plaza donde contaremos con algunos sitios a los que podemos ir: tendremos, por ejemplo, una casa para visitar a todos los Yoshis que hemos salvado, o directamente tendremos otra para activar la funcionalidad amiibo, el cual como detallaremos más adelante, tendrá una función interesante en cuanto a modificación de skins se refiere.
En dicha plaza avanzaremos, a raíz de un rodillo, a los diferentes mundos con todas las temáticas posibles, desde un caluroso desierto hasta a una veraniega playa (muy bien visto en esta época veraniega por cierto). Todos los detalles están hechos de lana: el agua está hecho de finos hilos, las bolas de fuego son ovillos de lana brillantes, y muchos más detalles. Y, como era lógico, los enemigos tendrán aspecto lanudo, como todo lo demás. Nos encontraremos a los ya conocidos Shy Guy o las plantas, que en lugar de escupir fuego escupirán ciertas figuras que harán daño a nuestro querido Yoshi. El diseño de niveles, así como los diferentes pasadizos que en ellos nos encontraremos, son magníficos; en más de una ocasión habrá que rejugarse el mismo nivel unas cuantas veces para poder localizar a todos los objetos. Hablando de objetos, no sólo de ovillos de lana viviremos, sino que también deberemos de buscar, aunque no de manera obligatoria, una serie de margaritas, sellos para Miiverse o llegar a la meta con todo el medidor de vida lleno. En definitiva, la exploración sin ser demasiado notable, es más que aceptable para ser un plataformas 2D.
Un plataformas lanudo de toda la vida
Vayamos a sus mecánicas jugables. Yoshi tendrá a su propia lengua como principal arma defensiva. Con ella, como hemos podido ver en otros títulos de la saga, tendremos la capacidad de tragar enemigos para, o bien dispararlos hacia otros o bien engullirlos y transformarlos en ovillos de lana, fundamentales para poder ir abriéndonos camino por los distintos niveles. Gracias a ellos podremos conseguir objetos ocultos como los antes mencionados a través de las nubes invisibles que estarán repartidos por todo el mundo. Otras características novedosas han sido añadidas a este Woolly World, como puede ser que traguemos una sandía para luego disparar sus pepitas, o bien engullir una bola de fuego para posteriormente escupir fuego y viceversa.
Además de la lengua, Yoshi tiene la capacidad para saltar y permanecer en el aire unos cuantos segundos, aunque en esta entrega se ha reducido bastante su dificultad, puesto que ahora Yoshi puede permanecer en el aire cada vez que pulsemos (antaño sólo era posible hacerlo una vez hasta luego caer al vacío). A su vez, Yoshi podrá correr más deprisa, pues tendrá la capacidad de convertir sus patas en ruedas y así ir a una velocidad mayor (no es metafísica, es que es un muñeco de lana). Otra ‘arma’ que contará Yoshi, y como es lógico, es el de saltar sobre ciertos enemigos hará que sean destruidos. En muchos casos tendremos que hacer uso de esta funcionalidad para alcanzar ciertos objetos o determinadas cornisas que estén situadas en una posición más elevada de lo normal.
Pero como apuntaba hace un momento, Yoshi es un muñeco de lana (sus huesos, sus venas, su lengua…todo es lanudo), por lo que podrá convertirse en ciertos objetos como son una moto, una excavadora o un paraguas, adaptables a ciertos niveles únicamente. En estos niveles dispondremos de un cronómetro que tenemos que evitar que llegue a cero recogiendo los relojes para aumentar los segundos y poder seguir siendo ese objeto un tiempo más.
El Yoshi más poderoso de todos: los enemigos no pueden con él
La variedad tanto de enemigos como de jefes finales es evidente, y aunque haya enemigos con características únicas, lo cierto es que son bastante sencillos de vencer. Quizás esa es la principal debilidad de Yoshi’s Woolly World, su dificultad. De todas las entregas de la serie, este es el único donde Yoshi puede adquirir ciertas habilidades gracias a la compra de potenciadores: por ejemplo, si estamos jugando un determinado nivel, podemos pausar el juego para adquirir en el menú de habilidades ciertas ventajas para hacer que el nivel sea más ameno, como puede ser que Yoshi nunca pueda caer al vacío o ser invencible a las llamas. Esta característica pude facilitarnos la vida, demasiado diría yo, pues aunque el diseño de los niveles sea magnífico, lo cierto es que la dificultad de los mismos no es demasiado excesiva. Estos potenciadores se compran gracias a los diamantes que vamos consiguiendo por los niveles, por lo que será importante recoger cuanto objeto veamos por nuestros viajes en el templo lanudo. Pero lo que quizás más cojea en el juego son las vidas infinitas, pues Yoshi no puede morir. Cierto es que existen los ya conocidos puntos de control, pero una vez que agotemos los corazones, Yoshi volverá cuantas veces muramos al último punto de control, reduciendo aún más si cabe la dificultad del título.
Cabe resaltar que antes de comenzar la historia tenemos dos modos de juego: un modo relajado, donde todo es mucho más sencillo ya que nos facilita unas alas para mantenernos en el aire de forma continuada o una mayor lentitud a la hora de lanzar los ovillos de lana. Luego tenemos el modo normal, que es el que venimos describiendo durante este análisis.
El diseño de los jefes finales es bastante notable, aunque extrapolando la dificultad de los enemigos, no supone un gran reto vencerlos. Una vez que pillas las mecánicas y los movimientos de los jefes finales, todo se hace muy sencillo hasta tal punto de que los combates duren relativamente poco. Generalmente el número de golpes necesarios para vencer a un jefe es de tres, algo característico en muchos juegos nintenderos.
Si ves un amiibo, ves un Yoshi nuevo
Pero como ocurre con los últimos lanzamientos de Nintendo, las figuras amiibo tendrán una función particular, más concretamente de skins. En el mismo nivel que estemos jugando, sólo con alcanzar cualquier amiibo que sea compatible a nuestro sensor del Gamepad, hará que rápidamente nuestro Yoshi se vista con los colores característicos de dicho amiibo: por ejemplo, si acercamos un amiibo de Link, veremos como Yoshi adoptará los colores clásicos del mismo, osease, verde y amarillo. Los amiibo de Yoshi de lana que se comercializan de manera separada -o en un pack con el juego-, servirán para que mágicamente aparezca un segundo Yoshi a nuestros mandos.
Naturalmente cuando recuperemos cada Yoshi de su nivel, podremos jugar con él, ya sea sólo o en su modo cooperativo local con un segundo jugador. Cierto es que este modo puede hacerse algo caótico, pero es un añadido que puede derivar en diversión para ambas partes. De manera secundaria, podremos desbloquear ciertos niveles secundarios, como puede ser que tengamos que recoger muchas frutas saltando o disparando ovillos de lana, de tal manera que un segundo jugador pueda mejorar nuestra marca (o nosotros mismos).
En lo que respecta a la duración, Yoshi’s Woolly World puede presumir de ser uno de los plataformas 2D más largos del catálogo, pues terminar la aventura puede suponer alrededor de 12 horas. Bien es cierto que este tiempo puede aumentar si, además de realizar la historia principal, pretendemos conseguir los coleccionables para completar el juego al completo. El rejugar niveles estará justificado pues.
A modo de conclusión, Yoshi’s Woolly World es un título que te atrapará en sus hilos y que hará que no te despegues de tu Wii U, ni para tejer tu jersey de invierno. Nuevamente Nintendo lo ha vuelto a hacer con un título exclusivo de épico magnetismo hacia el nintendero más fiel. Sin ser un juego difícil, te divertirá como el que más, pues el diseño de niveles y el universo lanudo son bellísimos para la vista. Yoshi ha vuelto pero…¿para quedarse?