CD Projekt, compañía polaca de fundación en 1994 y de gran importancia nacional para el mundo de los videojuegos en, aproximadamente, su primera década de existencia consiguió por parte de Andrzej Sapkowski los derechos de producción de videojuegos basados en la popular serie de novelas de fantasía épica del brujo Geralt de Rivia, libros que son por otra parte el orgullo de la literatura polaca. Esto ocurrió en los primeros años de la década de los 2000 pues en 2002 se fundó un estudio que no se dedicaría solamente a distribuir como vino haciendo la compañía hasta esa época, sino que daría el paso al convertirse en un estudio desarrollador de juegos de rol: CD Projekt RED, el principal cometido de dicho estudio fue transportar la fantasía de las novelas de Andrzej Sapkowski al mundo de los videojuegos algo que lograrían en 2007 con The Witcher, un gran RPG que cosechó abundante éxito de forma merecida. El título llegó en exclusiva para compatibles y tiempo después se lanzaría una versión mejorada bajo el subtítulo de Enhanced Edition, además el juego también fue anunciado para consolas de séptima generación pero el desarrollo terminó truncándose y dicha versión se acabó cancelando.
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Se llamaba Geralt de Rivia
Entre todos sus apartados a día de hoy es el argumento el más llamativo y sobresaliente, puesto que como veremos el juego no ha envejecido demasiado bien, cosa que no ocurre con su historia que sigue estando al mismo nivel que el primer día y ese nivel es excelente. El juego se desarrolla en Temeria en un mundo fantástico medieval, como en la mayoría de obras de este tipo el ecosistema de la obra está plagado de razas, monstruos, magia y demás elementos sobrenaturales que hacen del universo algo con un leve sentido del equilibrio para mantener ese equilibrio es precisamente por lo que existen los brujos; humanos mutantes a causa de ciertos tratamientos realizados en ellos cuando todavía son niños que los convierten en seres sobrenaturales incapaces de caer enfermos entre muchas otras cualidades únicas, nosotros jugamos como uno de estos brujos: Geralt de Rivia, por desgracia no nos encontramos en las mejores cualidades posibles sino que estamos inconscientes, al borde de la muerte y hemos de ser rescatados por otro de nuestros compañeros brujos que nos traslada hasta Kaer Morhen, la fortaleza de los brujos, al llegar allí y recuperarnos de nuestros problemas no tardamos en descubrir que nuestros recuerdos se han ido y poco sabemos más allá de nuestro nombre, por ello nos cruzaremos con mucha gente a la que conocemos pero no recordamos. La tranquilidad no durará demasiado en Kaer Morhen puesto que un grupo de bandidos conocidos como “la Salamandra” atacará el lugar en busca de los archivos y mutágenos usados para crear a los brujos que logran robar, de aquí en adelante el grupo de brujos de Kaer Morhen se separará para poder desmantelar a estros ladrones y recuperar lo que les ha sido arrebatado. Cada uno de los brujos supervivientes va a una parte de Temeria, nosotros como Geralt nos dirigimos al sur, a Wyzima, la capital del estado debido a las buenas relaciones que el resto de brujos aseguran que tenemos con el rey de allí debido a que en el pasado Geralt consiguió acabar con la maldición de su hija. Hasta ahí puedo contar de esta historia que se estructura en cinco capítulos sin contar el prologo y el epílogo, y que narra una historia que comienza por involucrar a los escasos brujos y termina por convertirse en un problema de estado real con una evolución muy natural de los hechos.
A pesar de que la historia como tal es realmente sobresaliente hay un punto que le da ese plus que necesita, la convierte en algo personal y le da rejugabilidad, y ese punto de inflexión son las decisiones. Decisiones nada circunstanciales dado que realmente se sienten vivas y así se esfuerza el título por demostrárnoslo, hay montones de caminos y las conversaciones son uno de los puentes fuertes del juego porque son las principales guías de esos caminos junto a nuestras acciones. Hay personajes con una importancia muy relativa, en mi partida han sido vitales pero estoy seguro que en la de cualquier otro han sido solamente personajes pasilleros, al igual que otros lo han sido en mi partida. Es terminar el juego con la sensación de haber vivido una experiencia única, creer que de verdad podría haber hecho algo para salvar a aquella persona pero eso podría haber tenido consecuencias en otro personaje al que de verás pude llegar a apreciar; y es que esa es otra, los personajes secundarios están tratados, en su gran mayoría, con gran mimo y es muy fácil sentir empatía por ellos. Por todo esto a pesar de que el argumento como hilo conductor es sobresaliente es en los personajes y en las decisiones donde de verdad encontramos eso que hace único a The Witcher y hace única cada partida, se sienten humanos y sentimos que lo que decimos genera unas consecuencias que padecemos. Sentimos a amigos, a parejas y a rivales; y todo esto consigue que nos sintamos más aún como Geralt de Rivia que es un personaje simplemente excelente tanto o más que su epopeya fantástica por Temeria.
Tosco y oxidado, pero con grandes ideas
The Witcher peca de ser un título que ha envejecido mal tanto en lo técnico como en lo jugable, aunque ahora nos centraremos en esta segunda parte. Su principal problema es que en un principio no engancha, algo que me llevó a jugarlo y dejarlo abandonado por más de un año hasta que decidí volver a empezarlo, la historia es genial pero tarda en arrancar y la jugabilidad nunca me llegó a enganchar pero al principio menos. Es un juego tosco que te ofrece varias posibilidades de manejo más allá de la dificultad, posibilidades que varían la cámara de juego o si la prioridad en los controles recae especialmente en el ratón o también en el teclado. Sea como fuere no engancha, y su primera hora, especialmente, es un suplicio en términos jugables. Si logras sobrevivir a eso el juego te enamorará por su historia y entonces por muy mala, ortopédica y tosca que sea su jugabilidad tendrás que terminarlo. Pero ya basta de andarse por las ramas diciendo como es el control de este juego, más vale explicar por qué es tan tosco. En primer lugar una cámara en tercera persona que si bien podremos rotar generalmente funcionará sola ofreciendo ángulos poco agradables, y es que estar viendo una pared mientras combates a ciegas no es precisamente agradable. En segundo lugar el cómo se siente a Geralt, se le siente lento en sus movimientos que tampoco es que sean espectaculares lo que ayuda a crear ese sentido general de ortopedia. El cómo movemos al protagonista tampoco es especialmente cómodo, pero se sobrellevaría más o menos bien de no ser por la mencionada cámara, podemos moverle o bien con las teclas de movimiento del teclado o clickando en la zona a la que queremos ir con el ratón, al hacer click en sitios de interés los abriremos y descubriremos que hay dentro, activaremos o atacaremos en caso de tratarse de un enemigo, pero ese es terreno farragoso puesto que los combates son complejos y precisan de una explicación más minuciosa.
En primer lugar es importante discernir entre las dos espadas: la de plata (para monstruos) y la de acero (para humanos), ambas podremos usarlas en ambos casos pero lógicamente tendrán mucha más efectividad usándolas contra el tipo de enemigo para el que están diseñadas. Además tenemos varios modelos de espada dentro de cada tipo, nada apabullante pero sería injusto no mencionarlo. Esas dos armas siempre irán con nosotros pero podemos equipar incluso dos armas más que pasan desde hachas hasta antorchas, aunque generalmente con dichas armas extra no podremos emplear los estilos de combate de brujo. Esto es un punto vital de los combates en The Witcher, y es que existen hasta tres tipos de estrategia a la hora de hacer frente a uno o varios enemigos. Hay un primer estilo contundente con golpes más fuertes, un segundo estilo de ataques rápidos y finalmente un tercero de ataques grupales. Es importante seleccionar el adecuado para cada momento estando asignados estos estilos a las teclas Z, X y C respectivamente, de este modo el ataque contundente generará gran daño a enemigos fuertes y lentos, pero a los más débiles no les afectará porque son lo suficientemente rápidos como para esquivarlos, el grupal sin embargo se usa para enfrentamientos en masa. Además en cada tipo de estilo podremos efectuar combos siempre y cuando clickemos sobre el enemigo a atacar en el momento preciso, en caso contrario perderemos el combo. También contamos con las señales que son un total de cinco hechizos con efectos varios como lanzar fuego, un impulso que derriba o aturde o crear un escudo sobre nosotros, éstas las iremos desbloqueando paulatinamente aunque no tardaremos en tenerlas todas a nuestra disposición. Para finalizar es importante destacar la importancia de la alquimia y las pociones puesto que nos ayudarán regenerando más rápido la vida, o nuestra barra de aguante (que se consume con el uso de señales), entre otras utilidades como potenciar un determinado tipo de ataque o hacerte inmune contra otros, eso sí todas las pociones tienen toxicidad por lo que podemos llegar a envenenarnos si abusamos de ellas.
Un punto a resaltar es la meditación pues es vital en el trascurso de la aventura, no sólo nos permitirá avanzar en el tiempo sino que también subir talentos en nuestro árbol de habilidades y crear pociones si tenemos los elementos necesarios. Pero vamos poco a poco el juego tiene un ciclo de día y noche que no está de adorno, generalmente las noches son más peligrosas y algunas misiones serán encargadas para ese horario, este ciclo además dota de vida a los entornos hace sentir de verdad que las personas que caminan por las ciudades son reales puesto que no se suelen mantener estáticas, tienen sus vidas por la noche duermen en sus casas mientras que por el día desaparecen y caminan por ahí lo que hace, en ocasiones, algo difícil el encontrarles. Volviendo a la meditación y sus dos usos restantes; en primer lugar el árbol de habilidades que es bastante amplio, habrá que echarle muchas horas al juego para rellenarlo al completo, su sistema se basa en una serie de talentos de bronce, plata y oro, la dificultad de conseguirlos aumenta exponencialmente dependiendo del material del que sean siendo el oro el más difícil y el bronce el más fácil, dichos talentos tendrán a su vez una serie de casillas correspondiente asignada al colocar el talento en la casilla se activará de forma permanente los efectos pasivos o activos que tenga la casilla, lo interesante es que hay muchos campos repletos de dichas casillas, así por ejemplo podremos potenciar todas las señales, las dos espadas en tres aspectos distintos o varios de los stats generales de Geralt proponiéndose de esta forma un basto árbol de habilidades. Por otro lado la alquimia es interesante pues existen montones de pociones con efectos diversos para usar en combate y potenciar diversas aptitudes, es por ello que conviene conocer mediante la lectura de libros repartidos por el juego tanto la preparación de pociones como la identificación de ingredientes para así poder cosecharlos.
El juego se segmenta, como es habitual en estos casos, en misiones principales y secundarias ofreciendo no diré que un estilo sandbox pero sí varias localizaciones muy abiertas por las que transitar, para nada es un juego lineal. Dichas principales y secundarias suelen repetir esquemas que se terminan por hacer aburrido tales como ir de un sitio a otro sin parar, una persona te manda a X lugar, allí otra te manda a otra y así constantemente. Recuerdo una misión en concreto en la que debías ir de una posada a un burdel y volver al menos cuatro o cinco veces para completarla, siendo ésta el culmen del esquema de dichas misiones. Es por esto que al comienzo probablemente realices muchas secundarias pero pasado un tiempo pierdas dichas ganas. Con todo y con eso la duración de la obra es bastante elevada, en mi caso realizando bastantes misiones secundarias y completando la historia han sido más de 30 horas de disfrute las que The Witcher me ha proporcionado, no todas ellas con una cota de diversión alta, especialmente las primeras que son algo tostón, pero sí podemos hablar de un juego entretenido en términos jugables una vez consigues dominarlo o al menos entenderlo.
Los años pasan factura
La mayor parte de las cosas que vaya a comentar ahora hay que cogerlas con pinzas porque cada uno tiene un ordenador con distintas prestaciones y el rendimiento tanto gráfico como técnico dependerá mucho de las características de tu PC sin embargo algunas cosas como la escasísima variedad de modelados son universales y es que el juego peca de ser repetitivo en sus NPCs dará la sensación de hablar siempre con la misma persona, hay un modelado para vieja, un modelado para ciudadana pobre otro para rica, y así con todo que es muy limitado. Decir también que como juego de PC existe la posibilidad de aplicarle mods que varíen alguna de las características del juego, en mi caso he preferido disfrutar del título en su versión original sin mod alguno, aunque sí que es cierto que ha sido la Enhanced Edition la que he podido jugar que incluye ciertas mejoras gráficas. Volviendo a lo más puramente técnico decir que en varias ocasiones iremos acompañado por una IA que a pesar de no sobresalir tampoco resulta molesta, al menos puede quitarnos un par de enemigos de encima mientras que luchamos contra el resto, por el otro lado la inteligencia enemiga es también pasable a pesar de que en ocasiones comete fallos graves; podemos estar luchando contra un enemigo que si hay otro de espaldas a unos metros probablemente pasemos desapercibidos. En mi caso y habiendo jugado en un ordenador portátil con I3 y una gráfica Nvidia GeForce 540M en calidad media ha sido frecuente la aparición de popping que ha sido mi más fiel compañero durante toda la odisea, especialmente ese es el mayor de sus errores técnicos en mi caso aunque clipping y los dientes de sierra tampoco se han ausentado. Por otra parte cabe destacar la reducida distancia de dibujado, parecería que tuviese una capa de un determinado color a unos 100 metros a la redonda que me iba desvelando el terreno según me acercaba de manera abrupta. Me sorprende que un juego de 2007 me funcione de esta manera pues con este mismo ordenador he podido correr juegos más nuevos de manera mucho más agradable, achacaré dicho fallo al enorme mundo de Temeria. Por último cabe resaltar los abundantes tiempos de carga en un mapeado que te hace cargar cada vez que entras en una casa o en un edificio sea cual sea, más largos si cabe son los tiempos de carga entre zonas grandes. Aunque por contraparte es aplaudible la cantidad de interiores explorables a los que podemos acceder. Terminar lo técnico comentando que el juego me ha dado tirones de manera recurrente, culpa por supuesto de mi ordenador o de una optimización que podría ser mejor.
Graficamente no destaca en nada, los modelados son pobres salvo los de los personajes con más protagonismo que lucen un paso por encima del resto. Las texturas también son poco agradables ofreciendo entornos que de cerca están poco definidos, los efectos de agua o fuego tampoco son sobresalientes así como la iluminación o efectos de luces y sombras que vienen acompañados por algún bug que proyecta sombras en varios sentidos. Sin embargo en el terreno artístico la cosa mejora mucho, importante es destacar los hermosos lienzos que se nos presentan para resaltar que eso es una consecuencia de una de nuestras decisiones, y hermosos son también los lugares por los que caminamos ofreciendo un entorno muy inmersivo, no tan variado como podría esperarse pero sí notable. La paleta de colores también está escogida con riguroso acierto para ofrecer una visión medieval de todo el asunto, colores neones y estridentes no tienen su hueco aquí. El motor gráfico que usa es el Aurora Engine de BioWare que se había usado con anterioridad para Neverwinter, por lo que en su época no era precisamente un motor novedoso y ahora mismo aún menos.
En los sonoro tenemos luces, sombras y los efectos que tienen un nivel a la altura de las expectativas cumpliendo de manera holgada. Las luces son por una banda sonora épica y fantástica que nos acompañará casi siempre y que tiene una factura sonora apabullante, no tiene una cantidad de tracks especialmente larga por lo que muchos se repetirán pero es que da igual, dotan a un simple paseo por un valle de un sentimiento heroico que hace un ambiente tremendamente hermoso. Las sombras por otro lado son las voces y es que son tan mediocres como sobresaliente era la banda sonora, creo que puedo decir sin temor a equivocarme que el de The Witcher es el peor doblaje que he tenido el dudoso placer de disfrutar jugando videojuegos. Decir mediocre es halagarlo, voces tremendamente planas, solamente igualadas por sus malos subtítulos, repetitivas, sin énfasis ninguno, es una producción de doblaje que podría haberse hecho mejor por un fan además las voces se repiten muchísimo, un mismo doblador puede interpretar hasta a cuatro o cinco personajes secundarios o principales y a unos cuantos NPCs, por si fuera poco también he visto personajes con dos voces distintas o mujeres con voz de hombre, si es que no exagero cuando digo que esto es muy malo. Es pésimo y seguramente sea mejor escucharlas en su versión original, pero yo soy un masoca y me he terminado el juego en perfecto castellano, a lo mejor en dos o tres ocasiones las voces resultan aceptables sobre unos textos tan profundos como esto:
Geralt— Hola.
NPC— ¿Si?
Geralt— Pepito ha muerto.
NPC— Vaya, Pepito era una gran persona. Vete a la ciénaga y tráeme piel de hundido.
¿Si alguno encuentra sentido a una conversación como esa que me avise? ¿Dónde está el dramatismo, los sentimientos y la fuerza de doblaje? Exacto, en el mismo sitio que unas buenas voces, es decir, aquí no.
En conclusión The Witcher es el pistoletazo de salida de una saga de RPGs que se ha ganado un nombre entre las más grandes por méritos propios, tal vez su primera entrega esté a la sombra de sus dos juegos posteriores pero eso no le quita el que sea un juegazo especialmente por su historia que es sobresaliente. Un RPG occidental de altura y los 99 céntimos mejor gastados de mi vida, eso es The Witcher.