Mientras caminaba por el puente que anexaba un bosque olvidado a un pueblo abandonado lleno de memorias, y veía un vislumbre de los rayos del sol que atravesaban los árboles sólo para crear una imagen inolvidable en mi cabeza, no podía evitar sino pensar en qué tan hermoso y real es en general The Vanishing of Ethan Carter. Muchos videojuegos quieren apostar por gráficos realistas, pero lamentablemente se quedan desfasados al muy poco tiempo gracias a que la tecnología avanza muy rápido. Pero este videojuego es uno de aquellos que se seguirán viendo bien después de muchos años. Este título usa una técnica que consiste en tomarle fotos a un objeto real, sólo para llevarlo a una computadora y ponerlo dentro del juego, y es que gracias a esto, la obra creada por The Astrounauts se siente como salir a la calle y admirar a la naturaleza misma. Y en su versión de PlayStation 4, que ha sido adaptada a Unreal Engine 4, hace que te quedes sin palabras para poder describir la belleza que tienes delante de tus propios ojos.
Sin embargo, el realismo de The Vanishing of Ethan Carter sólo está presente aquí para que se le pueda dar un giro y convertir en una experiencia sobrenatural; en algo ominoso y mágico. Edgar Allan Poe y H.P. Lovecraft en estilo y contenido; este videojuego rinde tributo a dos de los autores de horror más únicos de los siglos XIX y XX respectivamente. Parece que ambos están de moda, ya que últimamente, hemos estado recibiendo muchos videojuegos que toman influencia de estos dos autores en específico. Si Bloodborne tomaba el horror de estos dos autores y lo plasmaba en su mundo de forma visual, TVOEC (The Vanishing of Ethan Carter) lo plasma a través de su narrativa y el cómo se va desarrollando la aventura en sus 4 horas de duración.
Es el año 1972: en este juego encarnas a Paul Prospero, un investigador paranormal que recibe la carta del titular Ethan Carter, un niño de 12 años admirador de su trabajo. Éste le pide al detective que vaya al pueblo de Red Creek Valley a visitarle, pero cuando llega, descubre que no hay nadie y que, al parecer, hubo un incidente que hizo que todos abandonaran este lugar. Ahora tienes que investigar qué es precisamente lo que sucedió y encontrar al desvanecido Ethan Carter.
Una de las cosas que hay que destacar de esta obra, es que se toma muy en serio a su protagonista. Mientras que muchos videojuegos, incluso aquellos sobre detectives, te toman la mano y te dicen a dónde debes ir o qué debes hacer, TVOEC te suelta en su mundo desde el primer momento y jamás te da pistas sobre qué tienes que hacer, hacia donde tienes que ir, o, ya que estamos, cómo son los controles. Este videojuego empieza con la advertencia de que jamás te dará la mano para nada, y esto sí que se vuelve en una realidad. Red Creek Valley es un lugar abierto que puedes explorar a tu propio gusto. Puedes caminar por los bosques, ir a la estación de trenes, visitar las casas o ir hacia las minas. No importa mucho el orden en que cumplas los objetivos de la primera parte del juego; lo único que debes hacer es llegar al fondo de este misterio.
Tú como Paul Prospero tienes poderes sobrenaturales que consisten en recolectar evidencia que encuentres en una escena sospechosa para así poder recrear una secuencia de eventos de forma mágica y poder ver qué es lo que pasó en dicha área. Pero aunque suene emocionante, este videojuego sólo te deja usar un botón para llevar a cabo todo lo que sea necesario. Con la ‘X’ (en PS4) interactúas con cualquier cosa que encuentres y eso es todo. The Vanishing of Ethan Carter toma mucha influencia del controversial Dear Esther, y se hace de notar mucho. Esta obra está a un centímetro de convertirse en un Walking Simulator, ya que la mayor parte del juego te la pasarás explorando este lugar tratando de pisarle las huellas al niño de 12 años. Sin embargo, esto no se vuelve aburrido en ningún momento. Mientras que Dear Esther era un experimento que muy pocos podían disfrutar, TVOEC es, por ponerlo en términos simples, la comercialización del Walking Simulator. Usa una narrativa muy similar, de ir descubriendo lo que pasó en realidad según tu propio paso, y de armar en tu cabeza todas las conexiones lógicas, pero en el proceso, mete objetivos tradicionales de un videojuego, aunque no se note. Toma todo lo bueno de Dear Esther, que era su realismo visual, su narrativa y su ausencia de interfaz de usuario, y en el proceso, mejora la fórmula para hacerla más interesante.
Pero mientras que Dear Esther era un videojuego metafórico sobre la muerte y el aclarar tus conflictos internos antes de irte de este mundo, TVOEC abre su historia a un público mayor al volver a esto en una historia llena de magias oscuras y eventos paranormales. Aunque no lo logra ejecutar bien del todo, esta obra intenta pertenecer al género del realismo mágico. Las historias que pertenecen a este género son aquellas que empiezan con escenarios reales y situaciones cotidianas, las cuales, poco a poco, se empiezan a volver extrañas y empiezan a ser mezcladas con eventos surrealistas que resultan completamente normales para los personajes involucrados. En los videojuegos esto ha sido un género no muy explorado; Kentucky Route Zero es de los pocos que lo aplican. Es por eso que duele que este juego haya desaprovechado su oportunidad, ya que la primera parte del mismo era perfecta para esto. Se podría decir incluso que los primeros compases de esta obra terminan siendo poéticos y hasta cierto grado, melancólicos. Mientras exploraba este bosque en plena luz de la hora mágica, sólo me preguntaba por qué no habían seguido a mayor pie de la letra el estilo del realismo mágico, o, incluso, la estructura de H.P. Lovecraft: historias que comienzan algunas veces con situaciones normales, sólo para irse volviendo extrañas con el paso de las hojas. The Vanishing of Ethan Carter nos pudo haber presentado a un detective normal que se encuentra en una situación banal (bueno, lo más banal que pueda ser una investigación de detectives), sólo para empezar a encontrar a ritos ocultos, simbología de cuervos y que, en el curso de la aventura, se le descubriera al jugador que el protagonista tiene poderes sobrenaturales.
Y aunque ese momento en el que todo se vuelve muy raro de repente, eventualmente llega, no logra ser muy efectivo del todo. Cuando llegas a la sección de las minas, es cuando todo empieza a volverse Lovecraft puro y duro. Lugares subterráneos donde alguna vez hubieron personas que practicaron rituales para invocar a monstruos submarinos más grandes que uno, personas que empiezan a obedecer sin cuestionar voces en su cabeza… sí, todo eso está aquí. Y aunque todo se empieza a volver emocionante, es aquí cuando el juego, sorprendentemente, te priva de la libertad presentada al comienzo, y quiere que sigas un camino lineal hasta el final del juego. Es aquí cuando los diálogos y los personajes se vuelven ridículos, y cuando es difícil seguirlos tomando en serio. The Vanishing of Ethan Carter arruina por completo su segunda parte por estas y muchas otras razones, y el final que tiene el juego sólo funciona como una excusa barata para estos eventos.
Pero aún así, aunque este juego no sigue mucho la estructura narrativa Lovecraft, sí que logra acertar con su atmósfera. Muchos de los juegos que usan de referencia al autor, sólo se fijan en los monstruos que habitan sus cuentos o en sus protagonistas. Y aunque The Vanishing of Ethan Carter toma nota de las criaturas que protagonizan las historias del autor, también se fija en lo que hace especial al ambiente en el que se desarrollan estas historias: tiene ese toque siempre presente de misterio; de que algo no anda muy bien con el ambiente y que algo malo puede suceder en cualquier momento. Es un juego que es tan tranquilo que no te lo puedes creer; tiene un aura que incomoda y que da escalofríos. Te encuentras en un mundo surreal, en un mundo casi con toques mágicos. Es uno de esos videojuegos que tienes que experimentar por tu propia cuenta para poder de verdad sentir estas cosas.
Al final del día, The Vanishing of Ethan Carter es un muy buen videojuego. Es una obra hermosa a nivel audiovisual, que goza de un estilo increíble de narrativa y que hace avanzar mucho al género del Walking Simulator. Es un juego que te trata como una persona inteligente y que de verdad te pone en los zapatos de un detective al ponerte en situaciones complicadas de resolver. Usa un tipo de horror mucho más sutil que en vez de asustar, te pone incómodo, y es algo de agradecer tomando en cuenta que casi no es usado en los videojuegos. Tiene muy buenas ideas, momentos estupendos y gran parte de lo experimentado es difícilmente olvidado, sin embargo, este juego pudo haber dado para mucho más, y eso es lo que más duele cuando llegas a su abrupto final.